SEP 10 2021
Métodos de cocción de los alimentos
Hoy en día, a la hora de cocinar, se suele dedicar poco tiempo a la elaboración de los platos. Esto se traduce en menús aburridos y poco variados. Normalmente, no se emplean la suficiente imaginación ni recursos para cocinar grandes recetas. No obstante, con las nociones básicas que os presentamos a continuación, podemos sacarle mucho más partido a cualquier alimento convencional.
Es un método lento, pero confiere a los alimentos un agradable sabor. Así mismo, evita que los alimentos queden secos, ya que se cocinan con su propio jugo. Por ello, estas preparaciones suelen ser bajas en grasa.
En el horno, se pueden trabajar dos técnicas:
La fuente de calor, en este caso, es el vapor de agua. Se introducen los alimentos en un recipiente con agujeros sobre otro recipiente con agua hirviendo, de tal forma que evitamos el contacto directo del producto con el líquido.Es una técnica bastante sana, puesto que no se pierden las cualidades solubles del alimento (por ejemplo, las vitaminas), como sucede con los hervidos. Además, esta técnica realza los sabores propios de cada género.Se recomienda para verduras y pescados.
Los ingredientes se introducen crudos en la olla o recipiente similar. Se cocinan en la olla tapada, en su propio jugo o con otros añadidos, como caldos. Al tapar la olla, no existe evaporación manteniendo y conservando sabores, olores y nutrientes. Es una cocción larga y con una temperatura constante inferior al punto de ebullición.
Se emplea para cocinar piezas de carne en periodos largos, ya que así se consigue la disolución del colágeno, que se convierte en gelatina. Esto confiere ese punto jugoso y tierno a los alimentos, acompañados de verduras y hortalizas.
Los alimentos se cocinan con calor directo o mediante una plancha o parrilla, a una temperatura de 150-200ºC. Aunque se pierdan algunos nutrientes de las partes externas del producto, la interna se conserva intacta tras el “sellado” externo durante la elaboración potenciando el sabor. Esta elaboración es ideal para verduras, pescados y carnes.
De origen chino, se trabaja con una sartén grande y redonda con asas en sus extremos, permite cocinar los alimentos en contacto directo con el fuego y todos a la vez. El tiempo de cocinado es corto, por lo que se retienen todo los nutrientes, aromas y texturas. Puedes utilizar este método para verduras y hortalizas, pero también para pequeñas piezas de carne y pescado.
La emisión de ondas electromagnéticas provoca la fricción de las moléculas de agua del interior de los alimentos, lo que produce calor que se transmite al resto de moléculas por contacto y cocina el alimento. El microondas se caracteriza, sobre todo, por su rapidez para calentar los alimentos, además de la comodidad y sencillez de su uso. Conserva todas las características de los alimentos, así como sus sabores y aromas.
Saber trabajar correctamente los alimentos proporciona diversidad, haciendo las comidas amenas, sabrosas y, sobre todo, apetecibles. Se desarrollan así distintos sabores y texturas que agradan al paladar a la vez que se contribuye a una alimentación más sana.
Nutrición